Ángel que
miraste con la ira de un cíclope
y al
abrazarme fuiste montaña que se derrumba,
Ángel-Yo
indigente
entre
piedras y barro.
Ángel-Yo
barro inquebrantable
clavas en mi
frente tu canto de sirena
y tu mirada,
como el evo de las entrañas mismas
me dice:
“El muérdago
que me ofreciste, florece en tu garganta.”
William Blake
No hay comentarios:
Publicar un comentario