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Sigue el
ritmo, coge el diapasón.
Míralo,
escucha cómo late.
Va
regresa.
Siempre
regresa a sí.
¿Dónde
comienza el compás?
Prueba, ahora no lo mires.
¿Sabes qué
dirección tomó el primer movimiento?
¿Sigues el
ritmo?
Se estira
oscuro, se redondea más oscuro
el ritmo
entre las hojas,
lento
o largo,
redondo
ritmo
redondo en la humedad,
bolitas
silenciosas entre tus manos
tu silencio
y el suyo el mismo ritmo.
La reacción
al tacto
su adagio
bajo las sombras
como una
nube deja un rastro de vapor
así la
lluvia para ellos,
para su
redondez
entre mis
manos que asustan como garras.
Así la
lluvia para que huyan y se alarguen
de los
surcos de tus manos a los surcos de la tierra
al cobijo de
un arbusto
al ritmo del
silencio
al lugar de
los isópodos.
Nuncio Paci