Sigue aquí la sombra del ángel
gris.
Busca que pronuncie esa
palabra
que sólo él conoce,
la palabra que viaja sola.
La palabra aventada,
grano de sus alas negras.
No quiere que cruce puentes.
Sólo una palabra. Una:
escrita sobre la piedra que
amasa muros,
los muros de la ciudad
escondida.
Ángel gris, ¿Cuál es su
sonido?
Ángel, déjame escuchar aunque
sólo sea el eco,
el eco que evite a la boca ser
un pozo de escombros
y a los ojos charca seca de la
que huyen las ranas.
Evítame el grito del búho frente a la
luna áspera.
(De los que nadie habla. Editorial Huerga y fierro)
Durero