Aguará
cuando
acabemos
con todas
las especias
que sazonan
el caldo.
Cuando el
café
sepa al
tinte
que colorea
la ropa
y de la gran
letra
no quede
quien ose
ser
el emisario,
caerá la
lluvia sobre los cauces colmos,
sobre la
gran soledad se desplomará el torrente.